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UN TÍPICO ARGUMENTO PSICOPÁTICO



“Lo que es muy importante es que ustedes vean lo que el aficionado de los toros ve en la fiesta y se den cuenta que nosotros no buscamos el sufrimiento del toro. Creemos y estamos convencidos de que el toro no sufre..."

LA PUYA

La puya es una vara con un cuchillo en forma cónica, que se entierra en el morrillo del toro, donde están los músculos que mueven el cuello. El fin de la puya es impedir los movimientos bruscos de la cabeza y "humillar" al animal haciendo que no pueda levantar la cabeza.


Los taurófilos argumentan que el uso de la puya sirve para "descongestionar" al toro que está bravo y ofuscado por la lidia. Sin embargo, lo que sucede con la tortura de la puya no es una simple descongestión porque el toro pierde hasta 10 litros de sangre en esta suerte, pues con el "barrenado" y el "mete-saca" se llega a hacer una herida 7,4 veces más profunda que lo normal. Otra estadística es que sólo un 4,7% de los puyazos logran cortar los músculos del cuello y dejar el resto de la anatomía local intacta: lo que se suele cortar con los puyazos mal hechos son los músculos de las extremidades anteriores y tronco (por eso los toros suelen caerse). Como dato: el toro tiene 36 litros de sangre, más o menos... por lo que la suerte de varas lo hace perder un tercio de su líquido vital.


LAS BANDERILLAS

Las banderillas, arpones de hasta 16 mm.de largo, desgarran y cortan músculos, nervios y vasos sanguíneos. Empeoran la herida y el desangrado provocado por la puya, y hacen que el animal se desangre con más rapidez, fatigándolo y debilitándolo aún más.

Más sobre el cortisol

La respuesta neuroendocrina al cortisol no es la misma si el sistema nervioso está dañado, que es el caso del toro durante la lidia. Existen otros mecanismos hormonales, como el sindrome general de adaptación, en el que a causa del stress, el organismo trata de segregar cortisol frente a la situación amenazante, pero finalmente cesa su esfuerzo por agotamiento y sobre stress.


Otras hormonas de relevancia para medir el stress, son las catecolaminas y las betaendorfinas. Las primeras (adrenalina y noradrenalina) son hormonas que ponen al organismo en alerta para luchar o huir, y son más altas en toros lidiados que en toros durante el transporte. Las betaendorfinas, por otra parte, no son las "hormonas de la felicidad" que se generan cuando existe placer sino que su segregación aumenta de acuerdo al dolor físico y el stress. Las betaendorfinas aumentan especialmente en casos de hemorragia, en shocks neurogénicos y trastornos ventilatorios, todos manifestados en el caso de los toros lidiados. O sea: el toro lidiado genera más hormonas por dolor que por stress.


El hecho de que el toro bravo pueda sobreponerse a su dolor, más que el toro manso, no significa que no sufra...