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CERDOS CON SANGRE HUMANA. CUANDO TU VIDA ARDE CON EL FUEGO ROBADO A OTRAS CRIATURAS...  
(Maldito especismo y que se pudran en el infierno todos aquellos que aprueben estos abusos y abominaciones violando impunemente las leyes de la naturaleza y el tiempo de vida que el universo le brinda a cada quien)




Las células de sangre humana llegan a multiplicarse y a formar células inmunes en los cerdos, experimento que ayudaría en un futuro a pacientes con enfermedades como el sida.

Según un estudio realizado por Jeffrey Platt y colegas de la Universidad de Michigan en Estados Unidos, los cerdos podrían producir en poco tiempo células sanguíneas para ser usadas en terapias para personas con ciertas enfermedades.

La investigación fue publicada en la revista británica "New Scientist", donde se explica que los científicos introdujeron en fetos de cerdos células madre de la sangre humana, que habían extraido de un cordón umbilical y médula ósea. Debido a que los fetos de los cerdos no poseen un sistema inmune desarrollado, las células madre humanas no causaron rechazo.

Tras el nacimiento de los cerdos, Platt y sus colegas les extrajeron sangre y comprobaron que las células madre de la sangre humana se habían multiplicado, y que incluso se habían formado células T, es decir, células inmunes diferenciadas.

Luego, los especialistas aislaron las células inmunes humanas de la sangre del cerdo y las mezclaron con células normales de la persona que había donado las células madre para los fetos de cerdo.

Reacción celular

Las células inmunes no mostraron ninguna reacción, por lo que según Platt debería ser posible volver a introducirlas en el ser humano. Se espera que este procedimiento ayude en el futuro a pacientes.

Algunos de esos embriones modificados por la ingeniería genética ya alcanzaron el resultado deseado, al nacer cerdos que producen hemoglobina humana. Teóricamente sus descendientes portarán también genes humanos y probablemente esta nueva raza será patentada para garantizar el derecho de propiedad de sus inventores.
La proeza biotecnológica fue realizada por el DNX Corporation, laboratorio de Nueva Jersey, en los Estados Unidos y revelada a mediados del año pasado por el New York Times. La empresa venía trabajando en ese proyecto desde 1986 y en poco tiempo culminará los tests pre-clínicos de la hemoglobina producida por esa nueva raza. Una vez concluida esta etapa solicitará a la FDA (organismo norteamericano que controla medicamentos y alimentos) la aprobación para comenzar a experimentarla en seres humanos voluntarios.
La inoculación de genes humanos en animales no es novedad. En la década de los 80, genetistas del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y ahabían conseguido inocularlos en otros cerdos con la finalidad de producir ejemplares de mayor tamaño y con menos grasa que los naturales. Otros técnicos implantaron asímismo genes humanos en ovejas para la producción de sustancias medicamentosas en la leche.
En 1987 el antropólogo italiano Brunetto Chiarelli defendió la viabilidad de la fertilización in vitro de un óvulo de una mona chimpancé con el espermatozoide de un hombre. Fue un escándalo y muchos lo ridiculizaron. Este embrión no llegó a ser implantado. Aseguró que en Cambridge se había suspendido un proyecto para la cria de híbridos de oveja y cabra después del nacimiento de un animal producto de este cruce. Y advertía sobre el peligro que podían representar esos «pequeños monstruos», actualmente perfectamente viables debido al desarrollo y avance de la ingeniería genética. Destacaba incluso que las biotecnologías tendrán importancia determinante en el futuro siempre que se reviertan en beneficio de la humanidad. En el caso de un ser mitad hombre, mitad chimpancé él admitía incluso que podría ser util en trabajos humillantes o como banco para transplante de órganos.
Lo cierto es que después de la polémica desencadenada por las declaraciones de Chiarelli, los ministros de Justicia y de Investigación Científica de Italia crearon dos comisiones para reglamentar las experiencias en el campo genético en aquel país.
Es evidente que los cerdos con los genes humanos producidos por el laboratorio DNX en Nueva Jersey no son híbridos. Son animales transgenéticos. Y se destinan aparentemente para fines pacíficos: el ser donadores de «sangre humana artificial». Biólogos de dicha empresa estiman que cada cerdo sería capaz de producir poco más de 10 litros de hemoglobina humana por año, lo que representa una alternativa barata y prácticamente ilimitada. Además, según los especialistas, el producto podría ser almacenado durante años a temperatura ambiente, sería de tipo universal y estaría libre de microorganismos patógenos como los que causan el SIDA y la hepatitis. El mayor desafío es lograr la seguridad de esa sangre: ¿quien garantiza que no haya riesgo de que virus suinos sobrevivan al proceso de purificación y provoquen enfermedades en el ser humano?
Mientras tanto, la mayoría de los ciudadanos comunes no se interesa demasiado por las informaciones divulgadas sobre biotecnología moderna. Lo considera un tema complicado y que poco tiene que ver con su vida cotidiana. Sin embargo se sensibilza y le seducen las noticias sobre ingeniería genética que hablan de descubrimientos que posibilitan la cura de enfermedades hasta entonces incurables o de tener hijos a quienes tienen problemas de infertilidad; o las que anuncian descubrimientos científicos para una agricultura anunciada como más productiva y lucrativa.
Pocas personas prestaron atención a una noticia divulgada en julio de 1990 sobre una proteina fundamental para la transformación de huevos en animales completos, manipulada por investigadores de la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos. La proteina, llamada activina, indujo en el laboratorio el huevo fertilizado de una rana para que evolucionara hacia la forma embrionaria con cabeza, ojos y músculos. Pero el huevo de rana fue estimulado con activina de ratas, mostrando que el activiador es efectivo en diferentes especies. El profesor afirma que a partir de estudios adicionales, tal vez sea posible, en el futuro, prever y tratar defectos embrionarios. En un idioma más claro: podrá, tal vez, alterar y modificar los embriones creando a partir de ellos otros seres vivos - en una materialización de los mutantes de ficción científica, extrañas criaturas imaginadas por escritores y contadas en libros o películas.
El arte de la ingeniería genética comienza por el aislamiento de un gen responsable de la fabricación de una sustancia en el organismo humano, d eun animal o de una planta que se considera útil par ala construcción deseada.
Inmediatamente los ingenieros de esa ciencia inoculan esos genes en bacterias previamente seleccionadas. Como fábricas microscópicas las bacterias comienzan a producir la sustancia dirigida por el nuevo gen que le fue implantado. Modificadas, ellas se multiplican en gigantescas colonias. En esa etapa, los investiagdores separan las sustancias deseadas de los otros subproductos del metabolismo de las bacterias que no interesa recoger. Asío construido el producto genético puede ser usado. El mal de Parkinson, es una enfermedad degenerativa causada por la ausencia en el cerebro de una sustancia llamada dopamina. En ese caso, la ingeniería genética haría que las bacterias modificadas produjeran la dopamina que posteriormente sería inyectada al paciente. En 1987 investigadores suecos realizaron el primer transplante de células del cerebro de fetos a dos mujeres con mal de parkinson. Siete meses después, en una conferencia en Israel anunciaban la mejoría del estado de las dos pacientes.
Poco antes, en California, Estados Unidos, otros científicos habían fabricado la bacteria Ice minus, para librar a los vegetales del peligro de las heladas. En lugar de implantar un gen en una bacteria y estimular a producir la sustancia química deseada, hicieron diferente. Interfirieron una bacteria y desactivaron uno de sus genes que comandaba la producción de una proteina deseada. Esta atría y fijaba los cristales de hielo que destruían los plantíos durante el invierno.
Como puede comprobarse, las aplicaciones de la genética son infinitas. Hoy, prácticamente todos los tipos de organismos pueden ser genéticamente manipulados: de los unicelulares (con una sola célula) a los más complejos mamíferos y plantas.
El 13 de abril de 1988 fue concedida la primera patente par aun mamífero vivo. Su número es el 4736866 y se trata de una raza de ratas fabricada para que sirvan de cobaya en la investigación del cancer. Creada en laboratorio por científicos de la Universidad de Harvard en los Estaods Unidos, esa raza recibió genes cancerígenos en el estado embrionario y tiene mil veces más de susceptibilidad al cáncer que las razas normales. Esas ratas son vendidas a institutos de investigación del mundo entero interesados en estudiar el tipo de cáncer para el cual fueron preparados.
Desde 1984, un comité de peritos en invenciones biotecnológicas y propiedad industrial de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) viene intentando aplicar a las plantas y animales el sistema de concesión de patentes (especie de títulos de propiedad). Con el pretexto de estimular mayores inversiones privadas en investigaciones para mejorar ciertas especies vegetales, poderosos grupos industriales defienden el registro y comercialización de patentes para proteger las invenciones obtenidas a través de la ingeniería genética. Como la biotecnología acaba produciendo artificalmente sustancias que ya existen en los seres vivos, las empresas aún no han logrado que el derecho de propiedad intelectual para invenciones genéticas sea reconocido y aceptado universalmente.
Los países que se oponen a las patentes, como es el caso entre otros de Brasil y Alemania, argumentan que en el caos de los germoplasmas (diferentes variedades silvestres de una misma familia de plantas que, manipuladas geneticamente, dan como resultado una «nueva» especie), las semillas serían controladas por un pequeño número de empresas que tendrían el monopolio de la producción y comercialización de los recursos fitogenéticos de vastas regiones. Los nuevos dueños del mundo serían entonces los propietarios de las plantas y animales fabricados por ellos.

PSICÓPATAS DISFRAZADOS DE CIENTÍFICOS!! A LA HOGUERA DEBERIAN IR TODOS ESOS CEREBROS DEL MAL CARENTES DE PIEDAD, BONDAD Y EMPATÍA, CUALIDADES PROPIAS DE HUMANOS GENUINOS NO ESOS MOUNTROS ABORRECIBLES Y DESPRECIABLES!!