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EL LADO OSCURO DEL BOTOX


La toxina botulínica se utiliza cada vez mas para uso cosmético en el que se conoce comúnmente como “botox”. Uno de estos usos es para el tratamiento temporal para las arrugas faciales y líneas. Incluso para estos fines,se permite que el botox sea probado con animales y con licencia de “medicina” en determinadas circunstancias.

A los ratones se les inyecta en el abdomen la toxina botulínica y luego periódicamente se observa para ver cómo mueren. Los ratones se paralizan cada vez más con el tiempo quedandose sin aliento y sofocandose hasta la muerte. El grado de sufrimiento es atroz. No existe ningún alivio para los ratones.


La mayoría de los ratones en la categoría de mayor dosis mueren durante la prueba. Los que se consideran con baja probabilidad de sobrevivencia hasta la siguiente prueba son sacados al pasillo y crudamente asesinados en el suelo rompiendo su cuello con un bolígrafo.





Después de tres o cuatro días, el número de ratones vivos se cuenta y el valor de la LD50 se calcula (Esta es la dosis la cual se esperaba que el 50% de los ratones hubieran muerto al inyectarles la toxina, se utiliza como una medida de la fuerza de la toxina en los frascos del botox).


Todos los ratones que no habían muerto murieron al final de la prueba, ya sea por gases o por rotura de cuello. En un momento hasta 60 ratones fueron cargados en la cámara de gas y asesinados por envenenamiento causado por dióxido de carbono, una muerte que está lejos de ser instantánea. De acuerdo a los registros propios de Wickham, en UN SOLO DÍA en julio de 2009, 989 ratones fueron asesinados en REINO UNIDO.